24.1.12

Emerge Aula Abierta

Somos periferia. Vista del distribuidor vial Ermita-Zaragoza, el edificio del fondo a la derecha es Casa Libertad, ex-cárcel de mujeres, de la Univeridad Autónoma de la Ciudad de México, UACM, donde trabajamos en el Aula Abierta.



A casi tres años de comenzar este blog he sentido la necesidad de renombrarlo, es la primera vez que me ocurre algo así, tal vez hable este gesto de mi propia geografía de aprendizajes. Ciertamente el último año mi identidad digital y la forma en que se colisiona con mi práxis educativa han dado vuelcos. Releo el primer post del blog "Los nervios del profesor en la primera clase", la narrativa del nuevo inicio como hoy:

empiezo mi curso siempre de la misma manera, comunicando a los estudiantes que otra vez tengo dudas y no sé cómo empezar, expresando mis sentimientos desde este lado. Alguno de ustedes pensará “¿Qué tipo de profesor es este que habla de lo que siente?, esto sí que es raro”. Y no lo culparé. Para nosotros, los y las profesoras son hombres y mujeres de hierro, siempre con la respuesta a todas las preguntas, capaces de desplegar ante nuestros ojos esa magia de discurso y pizarrones, de conocimientos, capaces de decir qué hay que hacer y cuándo, y con el poder para decir que es conveniente aprender y qué no, y cuál es la mejor forma de hacerlo. En un sentido se parecen a los padres, pero ese es otro tema. El asunto es que tenemos una imagen del super-profesor, pero ¿Alguna vez se pusieron a pensar que los profesores también son personas?

Así comenzaba Enseñanzas implícitas -que hoy cambia de piel-, un proyecto personal para publicar los resultados de exploraciones en el sentir y hacer docente, por ello la descripción del blog decía: "Borradores de la escritura de la educación para compartir". Durante este tiempo ocurrió una avalancha de des/aprendizajes, des/cubrimientos, y encuentros con mucha gente linda y llena de utopías. En la universidad, sobre todo estudiantes y docentes que han decidido apostar en colectivo por una nueva educación, en tiempos grises, tiempos del "fin del mundo". En la web social, una constelación de maestros-acompañantes en esta aventura de la disrupción de la piel tecnológica. Harto agradecido estoy. Procesos que se irán anotando y reescribiendo.


Vista de Casa Libertad del satélite en google maps


Quisiera ahora borronear sobre el título y descripción de esta nueva piel.


Aula abierta


Imagen: en un museo del futuro se monta una exposición sobre los espacios de la escuela, "instituciones del ayer". Frente a la recreación de un aula -con sus pupitres/bancas/sillas, pizarra, mesa del docente- un par de chicos comentan: "raro lugar para aprender, no?".


El aula abierta comienza reconociéndonos como sujetos completos y diversos, y, proceso doloroso para los cuerpos que hemos aprendido en la institución escuela, reconociendo las maneras en que nuestro actuar como docentes/alumnos sostiene la simulación del aprendizaje escolar. El aula abierta es un aula íntima, de construcción de confianza y diálogo. Este esfuerzo tiene raíces en muchos lugares, épocas y colectivos, por ejemplo en las misiones pedagógicas de la segunda República española, o en la expedición pedagógica nacional colombiana.


Por supuesto que aula abierta cobra sentido también ahora que las TIC están modificando la plataforma -los instrumentos culturales que modifican la psique, decía san Vigotsky- para aprender y construir conocimiento. No sabemos hacia dónde nos llevará el aula abierta subida en la más potente tecnología del conocimiento hasta ahora creada, el único símil histórico que encuentro no es la imprenta, sino la navegación en el siglo XVI.



In/docencia


Hasta hace poco el discurso de la formación docente (didáctica, curricular, profesional, etcétera) se enfocaba en lo que el/la docente debía adquirir, aprender, sumar a su experiencia. Cada vez más se habla de lo contrario, de lo que necesita soltar, desaprender y hasta olvidar. Nos damos cuenta de que si deseamos ser agentes del cambio educativo necesitamos atravesar una trasformación corporal de nuestro rol en la estructura social de la enseñanza institucionalizada. El término in/docencia sostiene una tensión entre la función docente y su indisciplinamiento, en un juego que es como decía mi querido Manuel un jugar con los elementos rituales de la cultura escolar.



Des/aprendizaje

Tal vez el término adecuado sea multi/aprendizaje, porque lo que buscamos es diversificar las formas, las prácticas del aprendizaje en sus múltiples localidades de deseo, cultura y emergencia. Pero por lo pronto des/aprendizaje es necesario por su incorrección política, que pone el índice en la llaga: lo que creíamos era aprendizaje es sólo un horizonte limitado al que volvemos por comodidad y conformismo cultural. Nos mantiene en guardia.

Volveremos sobre estas nociones, ahora no me queda más que darles una fraternal bienvenida a la nueva época de este blog, agradecer su lectura, y, espero,  deconstrucción y diálogo, que para eso se hacen estos post!



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