5.5.15

Círculo, cuerpo y creación: por qué el teatro en la universidad (I)

El taller comienza formando un círculo. Aunque Angelina me invitó dos veces me contuve de integrarme, estaba para observar y relatar por fuera, para mirar y escuchar por fuera del círculo.  



[Y es que a todo esto que hacemos se necesitan también intérpretes, traductores, cuando lo que generamos es una excepción en el ambiente no deseamos que se quede como excepción, al contrario, deseamos que viva y se expanda. Pero ya habrá tiempo para discutir el valor de la interpretación para la comunidad, ahora nos toca dar cuenta del taller de Teatro Documento, Biografia y Amor, que, como parte de los Talleres y Charlas Multi/in/disciplinados que coordina LaTICFM este semestre, nos propone y regala Luisa Pardo Urías, resultado del trabajo que realiza con la compañía de teatro independiente Lagartijas Tiradas al Sol, quienes se presentan como:

una cuadrilla de artistas convocados por Luisa Pardo y Gabino Rodríguez.Desde 2003 comenzamos a desarrollar proyectos como mecanismo para vincular el trabajo y la vida, para borrar fronteras. Nuestro trabajo busca dotar de sentido, articular, dislocar y desentrañar lo que la práctica cotidiana fusiona y pasa por alto. No tiene que ver con el entretenimiento es un espacio para pensar.]


Ante todo el círculo se forma con la presencia, cada integrante se presenta ahí, mira y se mira en los otros, anunciando su corporeidad.

[No evitándola o escondiéndola. Pensar en la situación de aula donde la corporeidad pretende ser suspendida a favor de una especie rara de mentalismo, por la cual, los cuerpos sentados y acomodados en la estructura de pupitres/pizarrón se dedicaran a la ‘teoría’.]

La formadora del círculo, Luisa, indica: 

“piensen al cuerpo como una esfera de energía... todos nuestros poros proyectan rayos de energía pintando nuestra esfera en el espacio”.

Con las palabras “todos nuestros poros”, de pronto ser sensibles a la corporalidad en la que somos, recuerdo a Walt Whitman y sus pinturas en poesía de esa energía del cuerpo:


Creo en la carne y en los apetitos;

Ver, escuchar, tocar, son milagros, y cada parte y cada apéndice de mi cuerpo también es un milagro.

Divino soy interior y exteriormente, y santifico todo cuanto toco o a mí me toca;

El olor de mis axilas es un aroma tan exquisito como la plegaria;
  
Esta cabeza mía vale más que templos, biblias y que todas las creencias.

Si rindo culto a una cosa más que a otra, entiendo que es a la integridad de mi cuerpo, o a una cualquiera de mis partes. (Walt Whitman, Canto a mi mismo)

[Y como contrapunto a esta belleza del círculo, y sus connotaciones existenciales, el intérprete se pregunta sobre el sentido del cuerpo en la formación. Hago una desviación para contar lo que platique con María José Rodríguez, con respecto a la película La vida empieza hoy, que nos presentó en el ciclo #MiPelideAmor ese mismo día del taller de teatro.

“Propuse la peli para reflexionar sobre el cuerpo como el territorio y el tiempo que habitamos”. me dijo María José en el auto de regreso a casa. La peli trata sobre la sexualidad en la tercera edad, y la experimentación con el cuerpo, el erotismo y la vida misma que se moviliza en un grupo de ancianos que asiste a una clase de sexología.

En la charla después de la peli, un chico dijo: “eso de experimentar con el cuerpo no lo piensan los jóvenes porque no tienen problemas de erección”. Lo que es lo mismo que decir: los jóvenes no tenemos formación en sexualidad, nuestros referentes culturales próximos (el cine comercial, la pornografía, que más?) limitan la sexualidad a la genitalidad.  



Ahí les dejo la peli completa que es una chulada. La cosa es: hasta dónde llegan la exclusión del cuerpo y su (de)formación en las instituciones? Nuestro cuerpo, que es nuestro territorio!]

El círculo es propicio para el des-enclaustramiento de nuestro territorio corporal. Las emociones sociales están en las piernas, el cuello, las nalgas, la espalda, los brazos, la frente, el estómago... pena y vergüenza, las emociones sociales, las emociones relacionales, las que dominan la (j)aula. Recordemos que también hay miedo, una memoria de humillación, censura y represión por intentar pintar nuestra esfera, expresar, cantar, resonar.

[creo que todos podemos traer a colación alguna emoción social del aula experimentada en cuerpo propio.]




Dentro del círculo se proponen diversas dinámicas, ahora digo mi nombre, de dónde vengo y cómo hice para llegar aquí, después todos damos un paso hacia el centro del círculo, ahora digo mi nombre y la rutina de un día normal en mi vida: "estoy solo", "preparo la comida de los perros", "voy a correr con mi tío", "hago quehacer en la casa", "como", "se me hace tarde" voy al trabajo", "llego a casa", "llevo a mi chiquita a la escuela", "vemos un rato la tele", "tengo la costumbre de dormir después de las dos de la mañana", "voy a yoga", "salgo una hora a patinar en la noche". 

Todos damos un paso más hacia el centro, ahora digo mi nombre y un sentimiento que me provoca mi cotidianidad: "miedo", "actividad", "extrañeza", "competitividad", "extrañeza", "aprensión", "aprendizaje". Se da un nuevo paso hacia el centro, el círculo está muy cerca, se habla en voz baja, se mira de cerca. 

[Me pregunto en ese momento ¿por qué es este un taller de teatro?]

Ahora el círculo se aleja del centro. Hay que dar un palmada en la palma de quien está al lado para generar un pulso, como un corazón, como un diapasón. No es fácil. Unos lo hacen más rápido, otros lento. Luisa dice "para lograrlo todos tenemos que estar en pos del pulso". 

Le he preguntado a Luisa, también en el auto de regreso a casa, sobre algunos aspectos del taller. Le comento sobre lo que observo de que los participantes se enfrentan a las emociones sociales que habitan en el cuerpo cuando están en el círculo. Ella dice:

"El asunto físico no solo es para desinhibirte sino también para desarrollar ideas completas. Cuando planeas una escena vale mucho la pena moverte en el espacio... igual sentarte y planear y hacer un mini guión, escribir algunas palabras, pero es importante que lo trates de probar en lo físico porque, digamos, que es lo concreto, no sé cómo explicarte... se concreta la cosa y es mucho más vívido. El asunto del pulso es un claro ejemplo, porque te puedes imaginar un pulso pero no es lo mismo imaginártelo que generarlo, que crearlo en el espacio y en el tiempo real. Y entonces la experiencia de eso, lo concreto, te da herramientas para seguir creando. que es lo que les ha pasado en estos tres días a los que han ido al taller. Por eso partimos de un asunto físico, y siempre ha sido para mí muy importante."

"El círculo es algo muy importante para generar la conciencia de colectivo, de inclusión, de pertenencia, de observación, en el círculo a fuerza te ves, y percibes quién está haciendo qué."

[Mientras estaba observando al círculo en sus intentos por crear el pulso, me preguntaba: ¿qué en la cultura que vivimos genera un pulso colectivo?, ¿en mi día a día, en qué pulsos colectivos me conecto, participo, o genero? No cabe duda de que en lo cotidiano me entrego, me someto a pulsos que están en el transporte colectivo, en el trabajo, en la calle, todos pulsos que no dependen de mi sincronización con ellos, sino de mi pasividad. Habría que rescatar pulsos como el baile, la música, ciertas tradiciones y artes populares como procesiones, carnavales, ofrendas... todas ellas en franco peligro de extinción social. ¿Qué tipo de pulsos se promueven en las aulas universitarias?]



[continuará]
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